Estoy en lugares celestiales que son una atmósfera adentro de nuestro espíritu, es una posición legal.
Él lo ganó para nosotros ese privilegio. Y ahí respiramos cielo. Es el lugar lleno de vida, lleno de Cristo.
Génesis 2:8 8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.
Edén: significa “placer”. Dios puso al hombre en un lugar de placer. Le gusta que disfrutemos de Él, que seamos cada día felices en Cristo.
Que seamos felices con Él porque todo lo que necesitamos está en Él.
En ese jardín está el árbol de la vida. Para que comamos de Él. Tu ocupación cada día es comer Cristo.
Si nos ocupamos de comerlo, Él crece y se ocupa de cada área de nuestra vida.
Génesis 2:15 15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Labrar: cuidar el corazón. Regándolo. Haciendo que se ablande a través de la Palabra, para que la semilla sembrada crezca y haya más Cristo.
Guarde: guarde el corazón del enemigo. Porque quiere entrar. Que no le des cabida al enemigo.
Por debajo de los lugares celestiales están los principados y potestades comandados por satanás, gobiernan las naciones.
Quiere establecer una lucha con nosotros para bajarnos de los lugares celestiales para que no nos gobierne la vida sino la muerte.
Nosotros como cuerpo queremos establecer el Reino de Cristo. Tomamos el territorio que es de Cristo. Tomamos las tinieblas y ponemos la luz de Cristo.
Nuestra victoria es permanecer en la luz, en el placer divino.
Todos los días estamos expuestos a la muerte: te levantaste bajón, recibiste una mala noticia, te agarra tristeza, etc.
Pero nosotros estamos en los lugares celestiales, de ahí nadie nos baja.
La herramienta del enemigo es la muerte. Quiere tráete a la muerte para independizarnos de Dios, que es hacer a nuestra manera…
- A través de personas, ejemplo: estar atentos a algunas personas, atentos a sus reacciones, lo que quieren, miramos mucho a esa persona, nos absorbe, buscamos cómo agradarle, o para defendernos. Cada movimiento nos produce algo emocional.
¿Cuándo esta atención al otro se transforma en muerte? Cuando el otro te comienza a gobernar. El otro te cambia la atmósfera. Detrás de esa persona a la que estás atento está satanás.
Génesis 21:9-10 9 Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual esta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. 10 Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.
Sara estaba atenta a Ismael, a Agar, y a Abraham. Los pensamientos de ella estaban en estas tres personas. Centrada en ellos.
Pero Sara reaccionó a la burla del hijo de la esclava y da la orden. Cuando el enemigo venga a envolverte con gente, da la orden.
Cuando una persona se me transforma en muerte, estoy bajando de los lugares celestiales.
“Señor, yo vuelvo a vos. Vos sos el que ordena”.
- Con pensamientos: nos inyectando pensamientos de muerte.
1 Samuel 1:6-8 6 Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos. 7 Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía. 8 Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?
El sistema se nos burla. Ella lloraba y no comía por los pensamientos que venían a su mente. “No soy suficiente, ella es mejor que yo, no tengo futuro, no merezco el
Amor de Dios, no tengo derecho a disfrutar si no tengo hijos, etc”
Si el enemigo encuentra muerte, toma posición.
Si no hacemos nada con esos pensamientos, toma lugar y más lugar.
Esto lo hace todos los días.
Un pensamiento de muerte es donde no ves a Cristo y Su Victoria.
Es donde Cristo no aparece.
Cada vez que pensás un pensamiento donde no hay vida, estás siendo gobernado por satanás.
Entonces digo: “vuelvo mis pensamientos a Cristo, a la vida. La muerte no me gobierna”.
Alguien te va a confirmar los pensamientos de muerte (el sacerdote en el caso de Ana).
“Yo tengo Cristo, yo tengo vida. Cristo ya tuvo la victoria en la cruz”.
Ana tocaba el corazón de Dios. No oro su alma. Escuchó lo que Dios necesitaba. “Un profeta”. No le fue a llorar a Dios sino que inquirió en el templo!
Hacer oración de guerra es cuando oro la voluntad de Dios y no mis pensamientos.
Cuando ores la voluntad de Dios todo lo que nazca de vos será consagrado.
(Samuel: nazareo)
Cuando viene la muerte, reaccionas en el momento. Cero contacto.
Pasividad es cuando doy vueltas, me culpo, me deprimo, estoy atado, no hago nada, lo espiritualizo, me agarra miedo, me voy apagando y la vida espiritual no te sirve porque creés que son técnicas a aplicar.
La vida de la vida de Cristo es la vida espiritual. Una relación viva con Él.
Tengo que reaccionar espiritualmente: rechazando el pensamiento apenas viene.
“No lo recibo, no me pertenece, estoy en la vida de Cristo, lo rechazo”
Ana y Sara ganaron esa guerra externa porque primero ganaron la guerra interna.
Porque ganaron la guerra interna porque ellas eran esposas y como esposas ellas tenían derecho y nosotros somos la esposa de Cristo!!! La iglesia!!
Cuando rechazamos el pensamiento volvemos enseguida al Señor, a la
Vida!!
La guerra externa siempre va a ser sencilla si gana la interna.
Isaías 11:9 9 No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.
Cuando todo tu ser está lleno de Cristo la guerra terminó.
La reacción no es contra la gente.
Cada día tengo que vivir bajo la cruz. ¿Qué querés que lleve hoy al altar Señor?
¿Qué aspectos te estás reservando para vos y no llevás al altar?
Rendirle cada día lo que te pida.
