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Siempre bendecidos

Nuestro espíritu tiene que ser el lugar más fuerte de nuestro ser. Ahí está expandido todos lo que necesitamos para vivir maravillosamente bien. ¡Nuestro espíritu tiene que ser fuerte!

Apocalipsis 2:13

Este pasaje habla de Antipas que significa “contra todo”. Lo que hacía era ir contra todo lo que no era Cristo en la iglesia. Así sea con nuestro espíritu, que luche contra todo lo que no es Cristo. 

Mi espíritu tiene que ser fortalecido. Y ese espíritu deja fuera todo lo que no es Cristo, lo que no es vida.

Lo fortalezco contactando a Cristo todo el Día. De esa manera mi espíritu se va a empezar a mover. Es el río de agua viva. Mi espíritu se transforma en un Antipas y sale cada vez que viene algo contra mí. 

Cuando se hace fuerte el espíritu se comienza a liberar hacia los demás y va al abismo profundo de esa persona. Y ahí es transformada.

¿Como sé que liberé mi espíritu y no las emociones?

Porque si sale vida por ejemplo en la Adoración ahí es del espíritu o cuando hablamos con alguien y algo impacta en la persona. Ej.: te dicen: “experimenté algo cuando me dijiste eso, no puedo explicarlo.”

Cuando libero el espíritu, todo lo que toco recibe la vida del Señor.

¿Por qué a veces no podemos liberar el espíritu? 

Lo tenemos aprisionado. Por ejemplo, por nuestras tradiciones lo aprisionan. “Me siento siempre en el mismo lugar”. “En mi iglesia se hacía de esta manera”. La tradición impide que el espíritu se libere. 

A veces son las emociones las que no permiten que el espíritu se libere porque mi alma está tan llena de una emoción que ocupa un lugar, solo quiero desgastar la emoción y me domina.

O estar atascado en un pensamiento: “Y si no me sano y si me quedo sola”, etc. Arrinconamos al espíritu de esa forma.

Debo llevar al Altar la tradición, las emociones y los pensamientos.

Mi espíritu es el capital más valioso porque de ahí nacen todas las bendiciones para mi vida.

Cuando una persona no tiene a Cristo esa persona es “polvo”, es nada. Tenemos que orar cada día para que el espíritu de esas personas sea abierto y necesitamos liberar el nuestro. Si nuestro espíritu está encarcelado, ¿cómo se va a abrir el del otro?

Si le doy de comer al alma de la otra persona el espíritu no puede funcionar. ej.: lo aconsejo, lo acompaño, le digo algo lindo, etc. O aún con pasajes bíblicos. Pero cuando libero el espíritu, se abre toca el espíritu del otro y ahí la persona puede recibir la vida del Espíritu.

Lucas 1:38

María trascendió su alma cuando recibió la palabra del Señor.  Se sometió bajo la Palabra y en ese momento Cristo comenzó a crecer en ella. 

Ella tuvo que pagar el precio. Las burlas, la presión social, ser casi abandonada, el peligro, la soledad, su propia desconfianza, sus propios proyectos de vida.

Pagar el precio es morir a lo mío. 

Ser autocomplaciente tiene un efecto estupefaciente. Te volvés dependiente de eso. Y ahora te justificás por todo.

Ejemplo:  es lo que me gusta, es lo que quiero, son mis horarios.

A veces tenemos que confesar: “sigo siendo yo y vos vos. No viví tu vida hoy. No permití que fueses mi vida. Viví mi vida como quise.  Pero yo quiero que haya una unidad. Que no haya diferencia, que seamos uno”. 

Dios trabaja solamente con su propia fuerza, no con las nuestras. Cada vez que yo muero a lo que quiero, me gusta o parece ahí Él pone lo que le gusta, quiere y le parece y empezamos a vivir una vida de milagros, señales y maravillas.

Por eso tenemos que negarnos a nosotros mismos.

Mi alma no da fruto.  Tiene que morir. Porque cuando el alma pasa por la cruz, viene Cristo con todas sus bellezas.

Ejemplo: Cuando Jacob engaña a su hermano y estaba con toda su familia y cosas y viene su hermano que se la había jurado con 400 hombres. Lo que hace JACOB es pensar rápido una estrategia.

Es el alma encendida. Cuantos más problemas tenemos menos oramos.  El alma se enciende busca respuesta para resolver. Nos parece normal y no oramos. 

Esto se llama un espíritu no quebrantado, no derribado porque tenemos solución para todo.

Pero “Señor dejo mis fuerzas a un costado. ¿Cuál es la gloria tuya que vas a liberar en esto? Quiero verte a Vos, dependo de vos”

Llevemos al Altar la impulsividad, las estrategias humanas, esto que salió bien, “lo que hago de taquito”. Yo quiero lo tuyo. “Crecé en mi Señor”

Tener una actitud de dependencia con todo, aunque parezca una tontería. Esperar que me hable. Preguntarle a Él todo. Movernos en Su mover.

Filipenses 3:8 

¡¡Lo tengo todo por basura con tal de ganar a Cristo en mi vida!!Lo único que quiero es ganar a Cristo.

Libro de una monja: 

Ella entró a un convento a los 18 años. Amaba a Dios y lo servía. Lo único que quería era hacer cosas para Dios, pero nunca se me planteó que lo que ÉL iba a hacer en ella.  Descubrió que conocía acerca del Señor, pero no al Señor.

Un día se enferma de artritis reumatoidea. Ella quería ser sana, pero pensaba que le faltaba mucho para que Dios hiciera un milagro en ella. Cuando Dios la sana había mucho prejuicio en la iglesia católica acerca de la sanidad. Asique nunca contó su testimonio de sanidad. 

Un día escucha una prédica y se da cuenta que todo lo que estaba haciendo lo hacía sola. Ejemplos: iba a las cárceles y decía: yo soy responsable de que estos hombres conozcan a Cristo y cambien, trabajaba en escuelas y decía: yo soy responsable que estos niños crezcan con Jesús.

Así nosotros cargamos en nuestros hombros

Hasta que escuchó que cuando recibimos a Jesús recibimos un regalo muy hermoso pero mucha gente nunca abre ese regalo y lo tiene ahí sin abrir. 

Ese regalo es el Espíritu Santo y cuando lo abro Él hace todo por uno. 

Ella deja de estar sola, se sintió era liberada de sí misma.

1 reyes 18:22

Elías tenía mucha fuerza del alma: “solo yo he quedado”… 

Pero Dios le dijo: “no sos el único. Tengo 7000 que me adoran, que dejan su alma de costado”.

Debo morir a controlar las cosas con mi alma. 

Pero si libero el espíritu, en mi casa, a pesar de los problemas, mis hijos tendrán un espíritu fuerte. Nada ni nadie puede resistirse al espíritu divino.

Para que una persona tenga una vida bendecida tiene que tener la fuente de bendición que es Cristo.

Estamos bendecidos, ya lo estamos porque el Bendito está dentro de nuestro espíritu. La bendición fluye todos los días en nosotros.

Lo que hoy parece que es bendición tiene escondida una, porque nuestras vidas están plantadas en la tierra que es bendición que es Cristo. El fruto es bendición.

A veces la bendición no puede salir porque el espíritu está aplastado.

Muchas veces la bendición anterior impide que la nueva salga. Porque nos estancamos en la bendición anterior. Ya no pedimos más cuando recibimos lo que queríamos.

Dentro nuestro hay una fuente de bendición. Viene una y luego otra, y otra y otra.

Estamos bendecidos, somos bendición. Caminamos sobre la bendición.

La bendición no me estorba, me hace ir por la que viene.

Dios no se fija si hago lo correcto o no, Dios solo se fija si Cristo está adentro mío.

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