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Mi conciencia siempre me enseña

Nuestro espíritu tiene que ser el área más fuerte de nuestra vida. Cuando lo contactamos, adoramos y le hablamos a ÉL de ÉL nuestro espíritu se fortalece. ÉL es un escudo y se encarga de todo.

También tengo que liberar mi espíritu para que toque el espíritu del otro. Esa persona comienza a recibir señales, milagros y maravillas. Cuando el otro es transformado también yo me lleno más de Cristo. Es una doble porción.

¿Cómo liberamos el espíritu? Hablando. Para que el espíritu no quede atrapado. Muchas veces el alma viene a presionar al espíritu. Pero si hablo y digo por ejemplo: “gloria a Dios, te bendigo, sos hermoso, te amo Señor” ahí el espíritu se libera y somos más llenos del Cristo.

¿Cómo viene la voz del Señor? Él me habla a través de mi conciencia, que tiene la función de hacernos saber cada vez que pecamos, ofendemos a Dios o a alguna otra persona. Es como una alarma.

¿Cuándo fue creada la conciencia? Cuando Dios nos creó pero se activa cuando Adán y Eva comen del árbol del bien y del mal. Ellos fuera del del Edén empiezan a guiarse por la conciencia del bien y del mal.

Nuestra conciencia puede estar ligada a nuestra alma o nuestro espíritu. Si está dominada por mi alma me voy a guíar  por mi voluntad y emociones. Por el contrario, si mi conciencia está dominada por el espíritu, es decir Dios va a estar guiándome.

Si está atada al alma, estará guiada por las tradiciones o la cultura. El alma va a tratar de confundir a la conciencia.  Ejemplo: hago algo y el alma me justifica.   

Otro Ejemplo: cuando eras chicos mamá o papá lavaban los platos antes de acostarse, para al día siguiente empezar el día con todo limpito.  Hoy sos grande y si no lavaste los platos a la noche sentís  “una cosa”. La conciencia viene a acusarte de algo que es cultural, que es una costumbre familiar.  

Otro Ejemplo: “a la iglesia no se puede ir con pantalones”,  “todos tenemos que almorzar los domingos en casa”. La conciencia te acusa de algo del alma que es algo religioso o una costumbre.

El apóstol Pablo antes de convertirse al Señor perseguía cristianos. Era una “buena conciencia”, pero era la suya, no la voluntad de Dios.

Proverbios 14:12

Cuando recibo a Cristo mi conciencia se guía por Cristo. Me guía la voluntad de Dios. Lo que considere yo bueno o malo, no tiene que ver con la voluntad de Dios. No nos quiere dar un libro de conducta.

La conciencia es el órgano que nos capacita para saber lo que le agrada a Dios y lo que no le agrada. No es lo bueno y lo malo. También nos capacita para conocer cuál es su voluntad. Y a través de la conciencia Dios nos gobierna.

Ejemplo de la monja que es sanada por el Señor pero no quiere contar su testimonio por temor a perder su posición, su lugar con los sacerdotes. Pero el Señor con paciencia a través de su conciencia le decía que tenía que hablarlo, contar lo que Dios había hecho en ella porque lo quería hacer en otros.

Dios le hablaba por medio de otras personas que se lo decían también. Sin embargo, no lo quería hacer.

Un día el Señor le dijo fuertemente que lo tenía que hacer y le dijo: “Señor, no soy yo, hacelo vos. Si querés que lo haga abrí mi boca”.

Un día comenzó a hablar en público su testimonio sin quererlo. No podía creer que le salían solas las palabras. A partir de ese momento sanidades comenzaron a suceder de parte del Señor a muchísimas personas.

Hay cosas que no hacemos porque pensamos “qué van a pensar de mi?”. Pero el Señor habla a nuestra conciencia y nos tiene paciencia.

Ejemplo: Dejá de tratar así a tus hermanos – Dejá de tratar así a tu mamá – Dejá de robar tal cosa etc.

Si pasa el tiempo y no obedecemos a la voz de la conciencia va a venir un quebrantamiento. Y ahí tenés que hacer las cosas quieras o no quieras.

Ejemplo. Escribo un whatup y te viene esa sensación de “no sé si tengo que mandar esto?”. Es la conciencia guiándonos.

Mi conciencia tiene que ser sensible a la voz de Dios.

La conciencia hipersensible, es una conciencia débil. Ejemplo: el que pide perdón mil veces.

Siempre piensa que estuvo mal. Se tortura todo el tiempo. La voz de Dios en estas personas es pobre.

Cuando la conciencia me muestra que hay algo específico que no le agrada a Dios. Simplemente la llevo al altar y ahí no sigue hablando.

Pero el enemigo lo que hace es perturbar, entonces te engaña para que te sientas un fracaso, para que pierdas la paz. Te “tira” varias juntas, para que no sepa ni por donde empezar y me mata en un pozo de desesperación y comienzo a pensar “es Dios que me está castigando”, pero no lo es, es el alma!!

A veces el enemigo usará cosas del pasado para acusar. Es la conciencia ligada al alma. Cuando Cristo ya perdonó todo nuestro pasado, la sangre de Cristo nos cubre.

Todas la acusaciones de satanás son falsas.

La conciencia de buenas obras, 

Ejemplo: no fui al equipo. Entonces me justifico diciendo “pero estuve orando”, de esa forma callo la voz de la conciencia.

Ejemplo: no voy a una reunión. Entonces digo “pero fui a almorzar con la familia y le prediqué a un familiar”. El problema es cuando lo hacemos para pagar la culpa que sentía.

Si lo hacemos lo hacemos por amor, no por culpa. No ser un jugador estratégico. El Señor ya pagó nuestras culpas estamos libres para ir a Él a amarlo.

La conciencia cauterizada, es cuando ya nada te afecta. Ya no escuchás la voz del Señor, le das rienda suelta a tu alma, la palabra de Dios no penetra en tu vida, dejás de ser sensible a la voz de Dios, adorás y no experimentás la Presencia, dejás de venir y ya no te afecta, cuando chusmeas de otros, etc.

Hay gente que tiene la voz de Dios tan pobre que lo único que tiene es hablar palabras propias. Entonces hablan del candidato, de la nafta que no hay. 

Entonces nuestra conciencia tiene que ser una sensible. Debemos morir todo el tiempo para que nuestro corazón sea siempre quebrantado.  No nos damos cuenta, que estamos perdiendo la comunión, que venimos para calmar la conciencia, sin darnos cuenta que es el Señor el que nos atrae y respondemos a esa atracción divina.

Salmo 51:10: Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,

Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

La conciencia castigadora, es cuando me castigo todo el tiempo. Soy tan débil que me someto a cualquiera, porque cometí errores. 

Ejemplo de Judas:  No soportó la traición que le hizo al Señor, y se ahorcó. Cuando la gracia de Jesús lo hubiese recibido. Si hubiese ido a Jesús, lo hubiese abrazado, como a Pedro y dicho estás perdonado. Corrió a la muerte en vez de ir a Cristo.

Así nos pasa a nosotros también. A veces no aguantamos tanta tortura y torturamos a otros.

¿Cómo puedo ser libre de estas conciencias? Cuando la palabra entra a mi vida y separa el alma del espíritu.

Entonces dejo de escuchar la voz del alma. Ahora estoy libre para escuchar la voz de la guía de Dios. Mi conciencia está en paz. 

Salmo 118:6 : David estaba tranquilo porque estaba en paz con Dios.

Dios ordena todos los cables pelados que hay en nuestra vida.

La paz es una persona, es Cristo que vive adentro nuestro. Y toma nuestra conciencia y la limpia nos dice:  “estás limpio, no te estoy retando, te hablo guiándote”.

Sacarnos la imagen del Dios castigador podríamos tener unca conciencia sana. Porque solo llevo al altar lo que me dice y no hay lucha, hay rendición.

David era un hombre conforme al corazón de Dios. Estaba correcto delante de Dios. Porque David le decía todos los días: “examíname oh Dios, conoce  mi corazón, conoce mis pensamientos y ve si hay en mi camino equivocado”.

Porque todo los días no dependía de su evaluación, comía del árbol de la vida.

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