Existen dos reinos: el de la Luz y el de las tinieblas.
Satanás quiso ser como Dios y fue expulsado del reino de la Luz.
Toda lucha que tenemos la peleamos desde la Victoria y nunca desde la derrota.
En cada lugar que entro traigo el reino de Dios. Lo que piso le pertenece al Señor.
Mi posición es los lugares celestiales. Estoy sentado ahí.
Significa que estoy en una atmósfera divina donde me gobierna el Señor y tengo Su favor. Ahí vivimos una vida vencedora y triunfante. Es una vida de Victoria.
El enemigo quiere derribarme. Lo hace esculpiéndonos muerte: con pensamientos de muerte.
¿Cómo hago para mantenerme en los lugares celestiales?
- Tengo que ejercer autoridad sobre la muerte.
Lucas 7:11-15 11 Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. 12 Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. 13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. 14 Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. 15 Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.
De pronto parece Jesús en medio de la muerte. Todo se llena de vida!
Identifiquémonos con Jesús. Lo que Jesús hizo es lo que ahora nosotros podemos hacer.
Lo primero que hace Jesús es tratar con la madre. Da una orden a las emociones de esa mujer.
Mientras siga experimentando las emociones del alma no voy a poder experimentar las emociones de Cristo.
Tenemos que aprender a darnos órdenes. “Stop” a ciertas emociones, actitudes. Decirle a nuestra Alma que se rinda para que Cristo crezca en nosotros.
Jesús nos dice: “Cortá con ese pensamiento, estoy acá”
Cuanta más gente involucre en una situación, más alma. Da la orden primero que todo! La muerte tiene que retroceder.
Cada vez que entramos a un lugar, entra la vida (si permanecemos en los lugares celestiales).
No tengo que permitir que la muerte se instale en mi cabeza ni en mi cuerpo.
- Exhibo Su victoria. Una vez que di la orden ya está, vuelvo al Señor a adorarle. No vuelvo a darla… me quedo en el espíritu, no estoy pendiente. No estoy encima.
¿Qué no puede tu dios? (Con minúscula) Si tenés al Dios verdadero puede todo!!!
2 Samuel 24:1 volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá.
Lo provocó Dios.
1 Crónicas 21:1 Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel.
Lo provocó satanás.
Hay dos involucrados en la misma situación. Dios desde los lugares celestiales y satanás desde las tinieblas.
De acuerdo con quién me alío y cómo respondo, es de Dios o de satanás.
Nuestra alianza siempre es con Dios.
Si caemos el Señor trabaja en nosotros, aún con nuestro error. El hace sacar bendición de ahí.
- Nuestra carne debe estar bajo la cruz. La independencia de Dios es el veneno inyectado por el enemigo.
Para que satanás pueda atacar nos tiene que haber un punto de contacto: la carne.
Pero si vivimos bajo la cruz y estás rendido cada día, ahí cuando nos ve el enemigo, no lo encuentra y no hay punto de contacto, debe huir.
2 Reyes 20:16-18 16 Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye palabra de Jehová: 17 He aquí vienen días en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehová. 18 Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.
Satanás encontró un punto de apoyo en Ezequías. Pensó que lo que había logrado era por su fuerza y perdió todo.
Si no morís cada día a tu carne, el enemigo viene, entra y comienza a tomar territorio.
