Estamos conformados por tres habitaciones:
– Cuerpo
– Alma
– Espíritu
Génesis 2:7
Lo que Dios sopló en la nariz de Adán fue el espíritu de vida.
Ese lugar para relacionarnos con Él. Luego de la caída ese lugar donde Dios habitaba, muere a causa del pecado.
Como el hombre no puede relacionarse con el espíritu muerto busca hacerlo con el alma.
Cuando recibimos a Cristo el espíritu cobró vida.
Ahora Cristo vive en nuestro espíritu y se queda por siempre y para siempre.
Se hizo uno conmigo.
Desde el espíritu nos transforma y crece. Toma más territorio de nuestra vida gobernando el alma y el cuerpo.
Nosotros estamos destinados a que Cristo y su plenitud estén en nuestra vida.
Cuando nos pasa algo debemos volver al espíritu donde habita Él.
Puedo orar en el alma, adorar en el alma, venir a la reunión en el alma, leer la biblia como una tarea. El Alma quiere hacer esfuerzos. Hacer algo para Dios.
Ej: yo vengo a todas las reuniones ¿por qué no me funciona?
El Alma no puede recibir la gracia. La gracia es ilimitada y se choca con mi alma de “poca cosa”. Es pobre, pero la gracia es abundante.
Cristo nos eleva. Lo que no puedo lo puedo en Su gracia, que es abundante.
Yo no puedo y si puedo tampoco lo voy a hacer con mi alma. “Me tomo de tu gracia desde las alturas, vos lo vas a hacer todo”.
Puedo ofrecer cosas a Dios con mi alma. En mi esfuerzo.
Pero ofrecemos “fuego extraño”. Es nuestra emoción natural. Le ofrecemos algo que nace de nuestra emoción y deseo. Es natural, es del alma.
Pero en nuestro espíritu hay vida.
No puedo vivir con el parámetro del sistema. Nuestro parámetro es Cristo.
Isaías 5:2
El Señor esperaba que diese uvas y dio uvas pero silvestres. El espera que dejemos de actuar en el alma, que le deje crecer, que le busque con la vida del espíritu y que nos volvamos a Él.
El hizo todo lo que tenía que hacer con nosotros.
Con la uva silvestre no se puede hacer lo que Dios quiere. Seguimos estando en el alma y hacemos nuestros planes incluso con mucho amor. Pero es todo en el alma.
Dios no necesita mi esfuerzo ni lo que puedo, quiero o deseo.
Quiere que lo contacte y que cuando su luz salga alumbre.
No podemos darle a Dios lo que queremos y nos parece.
Dice: “Yo puse a mi Hijo en tu espíritu y quiero que mi Hijo se exprese a través tuyo.
¿Qué hago con el alma no transformada? La Solución es:
– Hablar lo que Él habla.
– Orar lo que Él quiere que ore.
Ej: buscar la carga en la Palabra. Voy a Cristo. Pongo la mente en el espíritu.
¿Cuál es la Palabra que me impacta? orar esa Palabra.
No es orar lo que a mí me parece. Cuando oro lo que Él me dice Él hace en mi vida.
Cuando viene la carga me estoy nutriendo de Él.
Cuando viene la ansiedad o apuro llevo al altar mi motivo de oración.
“Ahora me nutro de vos, Señor. Me alimento de vos”.
Y voy a la Palabra, al equipo, escucho una prédica. Ahí Él me dice el motivo
Que Él quiere que ore. Ahí habremos orado en Su oración.
Mi apuro, conflicto o problema no mueve a Dios. a Él lo mueven sus intereses. Lo que hago debe ser relevante para Dios, no para mí. Para que se haga Su voluntad, no la mía.
Romanos 11:36
Todo es de Él, por Él y para Él. Vivo en el espíritu cuando lo Miro solo a Él. Si veo otras cosas estoy en el alma.
Me pierdo en Él. No veo nada ni nadie. Solo sé que quiero abrir mi espíritu y a Su luz y escuchar Su voz.
Nuestro espíritu siempre tiene hambre y quiere experimentar más.
Tenemos la plenitud de Cristo cuando venimos al cuerpo y traemos todos lo que cada uno fue experimentando de Él.
El Alma quiere tareas. Es religiosa.
El espíritu solo quiere estar con Él y experimentarlo.
Tengo que ejercitar contactar a Cristo todo el tiempo. Con frases breves. Si las hago largas se activa el alma. Hablarle a Él de Él. A Él le gusta vivir en mí y a mí
me gusta estar con Él.
Cuando lo contacto Él se empieza a liberar desde el espíritu. Se libera al alma y al cuerpo.
Hablás con alguien y eso mismo que se liberó contacta al espíritu de la persona y la Vida que tengo también la otra persona la empieza a experimentar.
Tenemos que cantarle con el espíritu.
Ponele música a la biblia. Disfrutarlo a Él.
2 Samuel 6:14-16
Liberar el espíritu!! Venimos a Su casa con cantos de júbilo, con alegría! Porque Él es el Victorioso, porque está de principio a fin, porque Él nos ha dado todo. No tenemos que temer porque Él nos defiende.
2 Samuel 6:20-22
David bailaba delante de Jehová. Y Mical lo ve desde la ventana y lo menosprecia en su corazón.
Mical representa la carne que cada vez que hacemos algo para el Señor nos dice: ¿no te da vergüenza bailar, bautizarte, gritar, dar una carga, entrar a un equipo?
Esa esa la carne que te hace sentir que estás en falta, que no lo vas a lograr, que sos un desvergonzado. Pero delante del Señor somos locos para el Señor.
“Me haré más vil delante de la carne pero en el espíritu donde vive Cristo, yo tomo del espíritu y me guío por Él. Mi vida está en el espíritu”.
Salmo 30:11
Has cambiado mi lamento en baile….
Bailá delante de Él en todos los momentos.
En las luchas internas y externas, le canto y bailo delante de Él. Si lo gano a Él gano todas mis batallas
El Cristo que portamos tiene que ser liberado, sino va a ser aplastado.
Lo contacto para que se libere y ahí se libera Su gozo, Su paz, Sus fuerzas, Sus riquezas. Porque Él es abundante.
La abundancia de la gracia no tiene límites.
El espíritu se libera hablando. No hago silencio delante de Dios. Le hablo a Él.
“Acá estoy Señor”.