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Dependientes de su voz

La oración triunfa donde lo demás fracasa. Si hacemos en nuestras fuerzas
eso fracasa.
Por eso la oración es un estilo de vida. Estamos 24/7 en intimidad con Él.
Somos amigos del Señor. Es un vivir, una intimidad constante.
Todo lo que oro lo encierro en el círculo de amor. 
Abraham Le regatea a Dios, le dice: cómo vas a destruir al malo con el
bueno? 
Abraham tenía a Lot ahí en Sodoma. Estaba pensando en él e intercede
delante de Dios.
Génesis 18:20 20  Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma
y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en
extremo
La gente se quejaba por la injusticia y la corrupción. No era una oración a
Dios. Todos ellos murieron.
Solo se salvó Lot y su familia porque Abraham oró por ellos.
Dios no salva por la queja, sino por la oración. 
Ezequiel 22:30 30  Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se
pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la
destruyese; y no lo hallé.
El Señor busca gente que ore por otros. Y a veces no encuentra. 
No entendimos la importancia de colaborar con Él orando. 
Nuestra oración tiene que ir en aumento, no en retroceso. 
Tenemos que ser dependientes de Su voz para saber qué orar.
Nos acercamos más para oír que para hablar.
1 Crónicas 17:25-27 25  Porque tú, Dios mío, revelaste al oído a tu siervo que le
has de edificar casa; por eso ha hallado tu siervo motivo para orar delante de
ti.  26  Ahora pues, Jehová, tú eres el Dios que has hablado de tu siervo este
bien;  27  y ahora has querido bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca

perpetuamente delante de ti; porque tú, Jehová, la has bendecido, y será
bendita para siempre.
“Me dijiste al Oído que me ibas a edificar casa.. Dios me dio el motivo para
orar”.
Oramos en el nombre de Jesús. Nos autorizó a orar en Su nombre. No es
una fórmula para el final de la oración. 
Quiere decir que estamos metidos en Él. Dejamos de lado nuestro deseo y
pedido para orar Su deseo.
Entonces nos lo dice al oído y ahora tenemos un motivo.
No te des tanta importancia para que no te sigas mirando a vos mismo. A
lo que digo, siento o hago. El único que importa es Cristo.
Tengo que salir del detalle. “Quiero la fórmula de la oración para qué tal
cosa suceda o tal otra venga”.  El detalle te consume. 
Estamos bajo gobierno del Señor. Vos estás tomando decisiones por mí y
yo lo acepto. 
Él toma la decisión, nosotros la ejecutamos. 
¿Cómo sé si la tomé yo o dejé al Señor?
Cuando hay vida y hay paz. Que no nos alejan del Cristo, ni del cuerpo. 
Cuando Cristo nos llama, nos salva. Pero no nos quedamos ahí. Luego
empieza a trabajar para derribarnos. Nos tiene que demoler para
construirse Él en nosotros. 
Cada vez que nos derriba, Él crece con toda Su fuerza!
Tenemos que orar con autoridad porque estamos sentados en lugares
celestiales.
Efesios 2:6 6  y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en
los lugares celestiales con Cristo Jesús,
Sentados en lugares celestiales

Efesios 6:14 14  Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y
vestidos con la coraza de justicia,
Estad firmes en la Palabra. Es mi posición!
Las oraciones vienen de arriba hacia  abajo. Oramos desde el cielo.
Dependientes de la Voz del Señor.
Y también oramos dando la orden a los conflictos, a lo que se interpone en
el camino.
Orar: Cada vez que decimos “es difícil” es porque lo estamos haciendo en
nuestras fuerzas. 
En nuestras fuerzas decimos “estoy luchando con este tema”. 
Por eso deja de luchar, Salí de la carencia. 
La gracia se aleja si lo resolvemos nosotros. 
Señor acá estoy, perfeccionarme, hacé todo vos!
Todo lo que obtengas por tus fuerzas, lo vas a tener que mantener con tus
fuerzas.
Lo que viene por gracia también se mantiene por la gracia. No vas a tener
que hacer ni un solo esfuerzo para sostenerlo.
Juan 2:9-10 9  Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de
dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al
esposo,  10  y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han
bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta
ahora.
El Maestresala representa el fracaso de nuestras fuerzas. De pronto algo
falló. La vergüenza que cargamos, cosas que no han salido. Pero viene
Jesús y Él trajo el mejor vino. Ahora todo tu fracaso y vergüenza lo
transformó en victoria. Ahora te da autoridad. Trajo la alegría a nuestra
casa. 
“Hagan todo lo que Jesús les diga” dependemos de Su voz.

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